.

.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Grandes Pensamientos Urbanos

Hoy me doy cuenta de todo lo que he sido, de lo que me ha ocurrido, de lo que he sentido. Cosas dignas de recordar y otras que buscan un oscuro lugar para perderse en mi mente y no ser descubiertas. Pero que rara vez se pierden en el olvido. Aunque están ahí para enseñarte y demostrarte que no eres como creías. Te pensabas inferior en todo, y, porque no lo ibas a ser si a tu alrededor tan solo se notaba la desgana de quien te rodeaba. Algo tenías que hacer mal, porque, sino no, tendría sentido. O al menos, eso te parecía cuando lo ves con la inocencia de una mirada infantil. Al madurar, tu punto de vista cambia en cuanto a todo y eso se nota. En tu forma de hablar, de escribir, de vestir, de decorar las cosas, de sentimientos que antes no creías que tú podías albergar. Es ahí cuando decides que tu color favorito es uno en concreto y no todos, o decidir la música que te gusta. Todo esto y según mi experiencia de 14 años, me han dado a entender que la gente, por lo general te encasilla a primera vista. Que si emo, punk, pokero, cani, rockero, gótico. Realmente lo importante es ser tu mismo. Y diréis, eso ya está muy dicho. Y es cierto, pero hasta que no te das cuenta por ti mismo, no sabes hasta que punto es verdad. Con esos ojos que ahora miras las cosas, te das cuenta de que estabas equivocado. Por supuesto que hacías cosas mal, como todo el mundo. Pero no eras peor que nadie. Sencillamente no habían sabido valorarte por lo que eres sino por lo que aparentaba tu exterior. Tópicos que se equivocan la mayoría de las veces. Y porque tener miedo ahora a hablar, a ser como eras en un principio, como eres y quieres ser realmente. Miedo a que no les gustes, a que te rechacen, por todo, aumentando una coraza que antes te había servido, pero que ahora tenías que destruir. Haciéndola añicos sin piedad y no dejando restos de ella. Algo que te parece verdaderamente imposible, pero que gracias a personas (como Fabi), verdaderamente amigos, que te quieren sencillamente como eres, se hace real.