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miércoles, 6 de octubre de 2010

El instituto y adolescencia

Esa etapa de tu vida en la que te sientes extraño, en la que muchas cosas son nuevas. Y cosas que te dan miedo, y es en serio. Cuando estás en el recreo del instituto y te lo pasas genial queriendo que sea más largo en muchos casos. Pero llega ese día, ese momento en el que cada instante te parece pesado e incómodo, estás nervioso por lo que puede suceder, miras a todo el mundo. Al lado de más gente. He de decir que es agobiante, ya pudieras marcharte de allí sin dejar rastro o en otro caso volverte invisible. Ya que eso es imposible, te quedas pensando que hacer allí en medio, donde la gente aburrida te observa (o eso crees tú). Miras el reloj una y otra vez, te colocas las gafas, miras a la persona que esta a tu lado, hablas con ella. Pues ala, dejas a un lado a todo el mundo, ya te da igual lo que piensen. Por qué molestarse.
Pero eso no es todo, esas malditas clases impares y para colmo organizadas de dos en dos, en las que uno inevitablemente se queda solo. Y peor aún si ese eres tú ¬¬'. Pero eso da igual, te das la vuelta y allí se abre algo nuevo, hablas y todo listo ya que tus amigos están ahí.
Reconozco que hay profesores que también se las traen, como tú no hablas te ponen a tu lado a uno que te hace la vida imposible. Pero como ya sabes de que va, te vuelve a dar igual.
Pero hay otras cosas como una sensación que nunca habías sentido. Algo que te produce curiosidad. Y te preguntas como será. Entonces todo lo anterior te da igual. Llevas siendo alguien desconocido para todo el mundo catorce años. Te trataban como a un ser despreciable y tú te sentías culpable. Un sentimiento que verdaderamente no sabes de donde salía. Y cuando te haces mayor, cuando maduras, cuando tienes ese sentimiento de curiosidad, cuando escuchas tú música, cuando escribes esto te das cuenta de que no eras culpable de nada.

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