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viernes, 2 de septiembre de 2011

Tras una media sonrisa..

Otro relato con el que participé un concurso es este...

La música recorría mi interior, me infundía la energía necesaria para transitar las calles y llegar por fin a mi destino.

Como cada día en ese momento, todos los problemas que me acechaban se borraban de mi mente y me unía a aquella muchedumbre ajetreada que se cernía ante mis pies. Observaba a todas esas personas que a ritmo frenético deambulaban por la ciudad sin pararse a mirar, ni tan siquiera a las personas que les saludaban amablemente.

Visto así, parecería que se trataba de una película de terror donde persiguen a todo el mundo amenazado. Pero nada bloqueaba sus sentidos, tan solo ese miedo irracional al tiempo.

El tiempo, ese enemigo que provocaba a todos una necesidad innata de no pararse a pensar que ocurre en su vida.

Yo miraba a todas partes sonriendo, deleitándome con todos los adultos que andaban fríamente. Temía no siempre verlo con los ojos del adolescente que soy, y ser algún día como todos los viandantes de miradas vidriosas que no detenían la atención de cualquiera.

Tenía miedo a no sentir esa euforia al detenerme ante un músico que intenta mejorar su vida y la nuestra. Él, sin miedo al tiempo, solo a la espera de nuevos rostros excitados por su excelente trabajo.

Miedo a hacerme prisionero de las horas.

Miedo a vivir una monótona vida, sin sobresaltos, no locuras.

Miedo a no ser feliz.

Y como toda historia, surge atada a una canción...

"Love hurts...But sometimes it's a good hurt."

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